El día D.El día D DespuésMe gustaría escribir hoy algo acorde a las fechas en las que nos encontramos, sin dejar de lado el debate socialista, pero intentando acercar mis palabras a las personas a las que no puedo quitarme de la cabeza ni el corazón,
compañeros que en estos días ven su futuro inmediato con incertidumbre después de las elecciones.
Hace cuatro años dejé de ser Diputado y pasé a ser militante de base. Fui parlamentario durante siete años, los últimos, portavoz de agricultura del grupo socialista, mi vida se desarrollaba en el Parlament, entre manifestaciones de payeses y
campamentos saharauis. Tuve el privilegio de votar el
Estatut y de defenderlo por España,
Mientras fui diputado no pensé en en
día D, día
D después, pero ese día llegó. Pasé de la alfombra roja del Parlament, a los campos de cultivo del Llobregat, y entre "galls de pota blava", y alcachofas, tuve mucho tiempo para pensar.
Cuando uno está en la vorágine de la política, con un buen sueldo, rodeado de personas que quieren ser tus amigos, tu teléfono no deja de sonar, y uno se acostumbra.
Es muy fácil acostumbrarse a lo bueno, sentirse como rodando un episodio de
“El ala oeste de la Casa Blanca” pero esto no deja de ser una pura ficción, cuando no estás en la agenda, o en activo, el móvil deja de sonar y te ahonda una sensación de soledad y de incredulidad. El ver que los compañeros con los que has estado luchando durante tanto tiempo te dan la espalda y aquellas otras personas que querían ser tus amigos, simplemente, se han evaporado.
Ahora después de las elecciones, muchos compañeros comenzarán a ver de un modo u otro esta situación, unos viendo como sus teléfonos van dejando de sonar, otros preparándose para salir de sus despachos en unos días, sin saber que les deparará el futuro. Ahora más que nunca, quiero expresar mi empatía hacia esos compañeros, por que sé lo duro que es y la sensación agria que supone, y sobre todo, el tiempo que cuesta superarlo.
Mi solidaridad a todos los compañeros que estén preocupados por su futuro inmediato, aquí tenéis un amigo que se siente más cercano a vosotros que nunca, en estos delicados momentos.
La política no es un oficio, es un sacrificio y así se debe considerar.Los años que he estado fuera, en un
destierro político, me han permitido crecer como persona, mirar a mi alrededor y ver a quienes en los malos momentos nunca te fallan, a quienes importas realmente,
tu familia, y esos compañeros incondicionales que siempre se han mantenido a mi lado, que se pueden contar con los dedos de una mano y aún así sobrarán dedos.
La economía doméstica nos preocupa a todos,
pero no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita y hay que aprender a ajustarse el cinturón. Pero lo que causa una cicatriz indeleble es ver una estampida de compañeros que te saludan desde la lejanía y otros tantos que te saludan por compromiso, o no te saludan, por miedo a verse en un futuro cercano en tu misma situación, como si
dejar de ser ex- President, ex- Conseller, ex- Diputado, ex-Alcalde o ex- Regidor fuese algo contagioso. Son los
Herodes y
Pilatos de la política, y muchas veces prefieren elegir a
Barrabás olvidando el porqué un día decidieron afiliarse. La vida es cambiante, al igual que la política, es algo intrínseco a ella y se debe estar preparado, aunque a pesar de todo, cueste asumirlo.
En estas fechas quiero expresar mis más sinceros agradecimientos a aquellos compañeros que no han dejado de estar a mi lado, en los buenos y en los malos momentos. Gracias a todos.
Por tanto, quiero hoy reivindicar un
PSC donde los compañeros desde su discrepancia enriquecedora compartan objetivos comunes, sin esperar nada a cambio, quiero reivindicar un PSC donde la gente no tenga miedo a expresar sus opiniones y no exista el miedo a la discrepancia, ni al destierro. Agradezco a
Miquel Iceta, su idea de debate socialista, y os animo a todos a participar en él:
http://www.debatsocialista.cat/
Para poder transmitir un mensaje de fraternidad a la ciudadanía,
un mensaje de confianza, primero debemos reconstruir un partido donde confiemos los unos en los otros, debemos luchar por
no ser esclavos de un poder establecido, donde se sustituyan personas válidas por marionetas, con el fin de seguir teniendo el poder de la mano invisible. Debemos denunciar lo que consideremos injusto y reivindicar el poder de todos y no de unos cuantos. Y eso lo debemos hacer entre todos,
todos sin excepciones.
Yo he crecido con este partido, llevo casi dieciocho años de militancia y me he ido formando en unos valores que jamás los cambiaré,
me siento orgulloso de mi partido y a mi partido sólo le tengo agradecimientos, por que me permite conseguir uno de mis fines en la vida, intentar ser una mejor persona, apostando día a día por un mundo mejor.
El
PSC no es tan sólo un mero instrumento electoral, el
PSC puede ser y debe ser, una gran familia,
familia de encuentro de aquellos que quieren luchar contra la injusticia social y quieren transformar el mundo en el que vivimos y hacerlo mejor, desde una perspectiva altruista y humilde, dejando de lado el vasallaje a las personas, por las lealtades en los objetivos.
No podemos luchar por una igualdad social, e ir después de nuevos ricos, por que ese es un mensaje contradictorio que la ciudadanía no nos va a permitir, por que somos socialistas, y ya nos han avisado,
escuchemos esta vez.
Nuestra actitud es el reflejo de nuestras propuestas y cada uno de los militantes y simpatizantes el mejor de nuestros embajadores,
Debemos recuperar a todos los embajadores perdidos, con una nueva ilusión, con un nuevo mensaje y una nueva actitud individual y de partido y revivir la llama socialista que habita en nuestro interior.
Y no lo conseguiremos con grandes cenas, eventos con pantallas gigantes y luces de neón, (y ahora menos que nunca en momentos de crisis), por que es una falta de sensibilidad y de respeto hacia los ciudadanos y hacia nosotros mismos. Lo haremos con el más puro de los mensajes, un mensaje de paz, humildad, y ante todo austeridad. Sólo así alcanzaremos nuestro verdadero fin, conseguir ser el reflejo de los que luchan por un mundo mejor y más justo para todos, todos, todos, sin exclusiones de ningún tipo y recobrar la más autentica y pura esencia socialista de nuestro partido: El PSC.